“Errare humanum est”, esta simple frase dice mucho de la naturaleza humana. El ser humano siempre tiende a equivocarse, a cometer errores en la forma de hacer o pensar que actos pueden ser buenos o malos. Un error puede llevar concadenado una series de acciones que repercutirán de una forma o de otra en tu entorno, llevándote hacia un abismo en el que no puedes controlar todas estas acciones. El simple hecho de cometer un error te lleva a que más tarde aprendas de él y no vuelvas a cometerlo, intentando rectificar para que las personas que se encuentran a tu lado no vuelvan a percibir que sigues cometiendo esa misma falta una y otra vez. La función didáctica que conllevan los errores no es mala, gracias a ellos los humanos aprendemos y nos sirven como una advertencia, que nos llevara a no cometerlos otra una y otra vez. La función ultima de los errores que cometemos en nuestra vida nos sirven para mejorar nuestra forma de ser y pensar que las personas que tenemos a nuestro lado no vuelvan a advertir que los volvemos a cometer, extrayendo de ellos una experiencia positiva que nos sirva para poder mejorar en nuestra vida cotidiana.
Como decía Ramón y Cajal “Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia”. La lección que se puede extraer de todo esto, es que los seres humanos muchas veces cometemos errores por nuestros miedos, esos miedos que guardamos en nuestro interior, que nos atormentan y que no llevan a realizar acciones que no son nada justificables. Cuando uno vive con miedo puede ser bastante propenso a cometer errores, porque esos miedos no te dejan ver o bascular si un acto o una palabra pueden desencadenar en acciones que repercutan hacia los demás. Decía Eprahim Lessing que “Algunos nos equivocamos por temor a equivocarnos”, en verdad tiene una grandísima razón, nuestros temores son los que nos llevan a realizar las acciones que desenfocaran en un “Error”, un error que puede afectar a tu entorno y del cual tu no eres consciente. La única lección que se puede extraer de todo esto es que los errores del ser humano son una clara muestra de nuestra capacidad para elegir y de nuestra libertad de criterio y nuestro derecho a equivocarnos.
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