Cuando un acontecimiento negativo ( o que, al menos, percibimos asi) contraría nuestros proyectos, le concedemos una importancia desmesurada, nos centramos en él hasta perder cualquier lucidez. Es una lástima que no gastemos la misma energía agradeciendo a la providencia todo lo positivo que nos suceda.Pero no, sólo las contrariedades llaman nuestra atención, mientras que las cosas buenas son consideradas como normales y se olvidan muy pronto. Si tuviéramos la sabiduría de hace lo contrario, la vida nos pareceria más dulce y más hermosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario