Cuando un arroyo corre sobre las rocas, las rocas, las ondas, remolinos y formas que adopta la espuma resultan indiferentes y no afectan a su esencia; pero el hecho de que sigan la ley de la gravedad, comportándose como un fluido que cambia constantemente y que carece de forma, es algo que si se encuentra en su esencia, en su idea, que se pone de manifiesto si se pasa a conocerlo de forma intuitiva; pues tales formaciones existen únicamente para nosotros, en la medida en que conocemos como individuos.
sábado, 29 de enero de 2011
viernes, 28 de enero de 2011
Influencia determinante del pensamiento.
Puedes ahora experimentar alegría momentánea
seguida de pena momentánea de gran intensidad
Como el tensarse y relajarse de una catapulta
Irás a través de agudas oscilaciones de humor
Todo determinado por el Karma
No te aferres a las alegrías ni te enfades con las penas
Las acciones de tus amigos pueden evocar enfado o pena en ti.
Si te enfadas o te deprimes
Tendrás una experiencia infernal
No tiene importancia lo que la gente haga
Ningún pensamiento empañado puede surgir
Medita acerca del amor hacia ellos
Frecuentemente en este estado de la sesión Sólo estarás un segundo lejos de la
descubierta del cambio alegre de Tu vida;
Recuerda que cada uno de tus, compañeros es Buda consigo mismo
Tu mente ahora, sin tener donde enfocarse o fuerza interrogadora,
Siendo luz y moviéndose continuamente.
Todos los pensamientos que se te ocurran
Positivos o negativos
Ejercerán gran poder
Tú estás extremadamente receptivo
Por lo tanto no pienses en cosas egoístas
Recuerda tu preparación para el viaje
Muestra pura para afección y humilde fe
A través de la ausencia de estas palabras el recuerdo vendrá
El recuerdo será seguido del reconocimiento y la liberación
miércoles, 26 de enero de 2011
La esencia de las nubes.
Cuando las nubes corren por el cielo, las figuras que forman son indiferentes y no afectan a su esencia; pero el hecho de que, al ser un vapor dúctil, sean comprimidas por el choque del viento, expandidas o desgarradas, es algo propio de su naturaleza y constituye la idea o la esencia que en ellas se objetivan. Cada una de la figuras que ocasionalmente producen sólo existe para el observador ocasional
Locura.
Todo hombre tiene siempre ciertos débiles grados de locura. El recuerdo sólo abarca el pasado vivido de forma general, y luego, de miles de escenas vividas, solo quedan algunas que se recuerdan por completo; de ahí viene que la autoconciencia sea en general muy imperfecta y tenga poca claridad; y la disparidad del recuerdo que va y viene por ella con lagunas puede ocasionar que cada ser humano muestre ciertos rasgos casi inapreciables de locura en aspectos muy particulares, ésta se presenta luego de forma mucho más evidente cuando el presente es conocido en ciertos momentos concretos con una claridad desmesurada, porque entonces el pasado permanece aún más envuelto en las sombras, y resulta oscurecido por la claridad del presente.
martes, 25 de enero de 2011
El pájaro dziú.
Cuentan por ahí, que una mañana, Chaac, el Señor de la Lluvia, sintió deseos de pasear y quiso recorrer los campos de El Mayab. Chaac salió muy contento, seguro de que encontraría los cultivos fuertes y crecidos, pero apenas llegó a verlos, su sorpresa fue muy grande, pues se encontró con que las plantas estaban débiles y la tierra seca y gastada. Al darse cuenta de que las cosechas serían muy pobres, Chaac se preocupó mucho. Luego de pensar un rato, encontró una solución: quemar todos los cultivos, así la tierra recuperaría su riqueza y las nuevas siembras serían buenas.
Después de tomar esa decisión, Chaac le pidió a uno de sus sirvientes que llamara a todos los pájaros de El Mayab. El primero en llegar fue el dziú, un pájaro con plumas de colores y ojos cafés. Apenas se acomodaba en una rama cuando llegó a toda prisa el toh, un pájaro negro cuyo mayor atractivo era su larga cola llena de hermosas plumas. El toh se puso al frente, donde todos pudieran verlo.
Poco a poco se reunieron las demás aves, entonces Chaac les dijo:
—Las mandé llamar porque necesito hacerles un encargo tan importante, que de él depende la existencia de la vida. Muy pronto quemaré los campos y quiero que ustedes salven las semillas de todas las plantas, ya que esa es la única manera de sembrarlas de nuevo para que haya mejores cosechas en el futuro. Confío en ustedes; váyanse pronto, porque el fuego está por comenzar.
En cuanto Chaac terminó de hablar el pájaro dziú pensó:
—Voy a buscar la semilla del maíz; yo creo que es una de las más importantes para que haya vida.
Y mientras, el pájaro toh se dijo:
—Tengo que salvar la semilla del maíz, todos me van a tener envidia si la encuentro yo primero.
Así, los dos pájaros iban a salir casi al mismo tiempo, pero el toh vio al dziú y quiso adelantarse; entonces se atravesó en su camino y lo empujó para irse él primero. Al dziú no le importó y se fue con calma, pero muy decidido a lograr su objetivo.
El toh voló tan rápido, que en poco tiempo ya les llevaba mucha ventaja a sus compañeros. Ya casi llegaba a los campos, pero se sintió muy cansado y se dijo:
—Voy a descansar un rato. Al fin que ya voy a llegar y los demás todavía han de venir lejos.
Entonces, el toh se acostó en una vereda. Según él sólo iba a descansar mas se durmió sin querer, así que ni cuenta se dio de que ya empezaba a anochecer y menos de que su cola había quedado atravesada en el camino. El toh ya estaba bien dormido, cuando muchas aves que no podían volar pasaron por allí y como el pájaro no se veía en la oscuridad, le pisaron la cola.
Al sentir los pisotones, el toh despertó, y cuál sería su sorpresa al ver que en su cola sólo quedaba una pluma. Ni idea tenía de lo que había pasado, pero pensó en ir por la semilla del maíz para que las aves vieran su valor y no se fijaran en su cola pelona.
Mientras tanto, los demás pájaros ya habían llegado a los cultivos. La mayoría tomó la semilla que le quedaba más cerca, porque el incendio era muy intenso. Ya casi las habían salvado todas, sólo faltaba la del maíz. El dziú volaba desesperado en busca de los maizales, pero había tanto humo que no lograba verlos. En eso, llegó el toh, mas cuando vio las enormes llamas, se olvidó del maíz y decidió tomar una semilla que no ofreciera tanto peligro. Entonces, voló hasta la planta del tomate verde, donde el fuego aún no era muy intenso y salvó las semillas.
En cambio, al dziú no le importó que el fuego le quemara las alas; por fin halló los maizales, y con gran valentía, fue hasta ellos y tomó en su pico unos granos de maíz.
El toh no pudo menos que admirar la valentía del dziú y se acercó a felicitarlo. Entonces, los dos pájaros se dieron cuenta que habían cambiado: los ojos del toh ya no eran negros, sino verdes como el tomate que salvó, y al dziú le quedaron las alas grises y los ojos rojos, pues se acercó demasiado al fuego.
Chaac y las aves supieron reconocer la hazaña del dziú, por lo que se reunieron para buscar la manera de premiarlo. Y fue precisamente el toh, avergonzado por su conducta, quien propuso que se le diera al dziú un derecho especial:
—Ya que el dziú hizo algo por nosotros, ahora debemos hacer algo por él. Yo propongo que a partir de hoy, pueda poner sus huevos en el nido de cualquier pájaro y que prometamos cuidarlos como si fueran nuestros.
Las aves aceptaron y desde entonces, el dziú no se preocupa de hacer su hogar ni de cuidar a sus crías. Sólo grita su nombre cuando elige un nido y los pájaros miran si acaso fue el suyo el escogido, dispuestos a cumplir su promesa.
El Genio del Conocimiento.
El conocimiento en su plena energía, asume una dirección puramente objetiva, y el objeto es captado con toda claridad según su esencia mas intima. Pero en otros momentos, cuando el individuo genial se encuentra ocupado con su propia persona, sus fines y su destino, entonces todo ese exceso del conocimiento asume también una dirección subjetiva, y se dedica a iluminar los fines y destinos al servicio de la voluntad individual; entonces la desmedida energía de las capacidades cognoscitivas le muestra al individuo toda forma exageradamente vivaz, con colores chillones y de forma desmesurada, viéndolo todo de forma extrema; es entonces cuando la voluntad se ve impulsada excesivamente por tales representaciones exageradas, de manera que cada estado anímico se expande desenfrenadamente, y cada movimiento de la voluntad se transforma en afecto; ahora bien, como en la vida hay mas cosas chocantes y molestas que agradables y deseadas, en él predominara la melancolía; ademas, una representación vivaz reprimira enseguida a otras, de manera que su humor cambiará muy rápidamente, saltando de un extremo a otro, tal como lo encontramos excepcionalmente en el Tasso.
Nuestra concepción de la esencia del genio explica también la gran vivacidad de los individuos geniales, que llega a rozar la ansiedad; todo les afecta muy fuertemente, porque se les aparece en imágenes muy vivaces; difícilmente les basta con el presente, porque éste, por lo general, no llena su conciencia, al parecerles insignifcante; de ahi es infatigable impulsividad, esa incesante búsqueda de nuevos objetos dignos de consideración; a ello hay que añadir aún la exigencia, casi nunca satisfecha, de encontrar seres semejantes a ellos, todo lo contrario de lo que le sucede al individuo común, que se encuentra plenamente satisfecho con el presente cotidian, en el que se pierde por completo, encontrando por doquier seres que se parecen a él, y sintiéndose en la vida como si siempre estuviese en casa, lo que le dota de esa especie de adaptación a la vida cotidiana que se le niega al individuo genial.
lunes, 24 de enero de 2011
La Fuente de la Iluminación.
La energía radiante del origen,
semilla de la que vienen todas las formas vivientes brota hacia afuera y golpea contra ti con
una luz tan brillante que tú apenas podrás mirar.
No te asustes.
Esta es la Energía del Origen que ha estado radiando billones de años.
Siempre manifestándose en otras formas.
Acéptala.
No intentes intelectualizarla.
No juegues con ella.
Fúndete con ella.
Déjala fluir a través de ti.
Piérdete con ella.
Fúndete en el Halo de Luz de arco Iris.
En el corazón de la lanza de la energía
sábado, 22 de enero de 2011
Hombres y Animales.
La diferencia que existe entre el hombre y el animal en este punto se expresa exteriormente mediante la diferencia de relaciones que media entre la cabeza y el tronco. En los animales inferiores, cabeza y tronco crecen al unísono; en todos los animales, además, la cabeza se orienta hacia la tierra, donde se sitúan los objetos de la voluntad. En los animales superiores, la cabeza y el tronco están incluso más unidos aún que en el ser humano, en el cual la cabeza se yergue libremente sobre el cuerpo, pareciendo como si éste llevase, sin dar la impresión de que se encuentran a su servicio.
jueves, 20 de enero de 2011
Ay del sueño.
Ay del sueño
si sobrevivo es ya borrándome
ya desconfiado y permante
y tantas veces me hundo y sueño
muslo a tu muslo
boca a tu boca
nunca sabré quién sos
ahora que estoy insomne
como un sagrado
y permanezco
quiero morir de siesta
muslo a tu muslo
boca a tu boca
para saber quién sos
Ay del sueño
con esta poca alma a destajo
soñar a nado tiernamente
así me llamen permanezco
muslo a tu muslo
boca a tu boca
quiero quedarme en vos
miércoles, 19 de enero de 2011
Visiones Colericas.
Oh noblemente nacido, escucha cuidadosamente:
Tú eras incapaz de mantener la perfecta Luz Clara o el primer Bardo
Reconócelas
Ellas son tus propias reflexiones hechas visibles y audibles
Ellas son producto de tu propia mente retrocedido hacia el muro
Ellas indican que tú estás cerrado a la liberación
No las temas
Ningún daño puede venirte de estas alucinaciones
Ellas son tus propios pensamientos con aspecto atemorizante
Son viejos amigos
Dales la bienvenida. Fúndete con ellas, vuelve a ellas
Piérdete tú mismo en ellas.
Ellas son tuyas.
Cualquier cosa por muy aterradora y extraña que tú veas.
Recuerda por encima de todo que viene de dentro de ti.
Manténte sobre este conocimiento
Tan pronto como reconozcas eso, obtendrás liberación
Si no lo reconoces
Torturas y castigo se seguirán
Pero esto son también radiaciones de tu propio intelecto
Son inmateriales
El vacío no puede dañar al vacío
Ninguna de las pacíficas o coléricas visiones
Demonios bebedores de sangre, máquinas,
Monstruos o diablos
Existen en realidad
Solo dentro de tu cráneo
Esto disipará tu miedo.
lunes, 17 de enero de 2011
El Mayab, la tierra del faisán y del venado.
Hace mucho, pero mucho tiempo, el señor Itzamná decidió crear una tierra que fuera tan hermosa que todo aquél que la conociera quisiera vivir allí, enamorado de su belleza. Entonces creó El Mayab, la tierra de los elegidos, y sembró en ella las más bellas flores que adornaran los caminos, creó enormes cenotes cuyas aguas cristalinas reflejaran la luz del sol y también profundas cavernas llenas de misterio. Después, Itzamná le entregó la nueva tierra a los mayas y escogió tres animales para que vivieran por siempre en El Mayab y quien pensara en ellos lo recordara de inmediato. Los elegidos por Itzamná fueron el faisán, el venado y la serpiente de cascabel. Los mayas vivieron felices y se encargaron de construir palacios y ciudades de piedra. Mientras, los animales que escogió Itzamná no se cansaban de recorrer El Mayab. El faisán volaba hasta los árboles más altos y su grito era tan poderoso que podían escucharle todos los habitantes de esa tierra. El venado corría ligero como el viento y la serpiente movía sus cascabeles para producir música a su paso.
Así era la vida en El Mayab, hasta que un día, los chilam, o sea los adivinos mayas, vieron en el futuro algo que les causó gran tristeza. Entonces, llamaron a todos los habitantes, para anunciar lo siguiente: —Tenemos que dar noticias que les causarán mucha pena. Pronto nos invadirán hombres venidos de muy lejos; traerán armas y pelearán contra nosotros para quitarnos nuestra tierra. Tal vez no podamos defender El Mayab y lo perderemos.
Al oír las palabras de los chilam, el faisán huyó de inmediato a la selva y se escondió entre las yerbas, pues prefirió dejar de volar para que los invasores no lo encontraran.
Cuando el venado supo que perdería su tierra, sintió una gran tristeza; entonces lloró tanto, que sus lágrimas formaron muchas aguadas. A partir de ese momento, al venado le quedaron los ojos muy húmedos, como si estuviera triste siempre.
Sin duda, quien más se enojó al saber de la conquista fue la serpiente de cascabel; ella decidió olvidar su música y luchar con los enemigos; así que creó un nuevo sonido que produce al mover la cola y que ahora usa antes de atacar.
Como dijeron los chilam, los extranjeros conquistaron El Mayab. Pero aún así, un famoso adivino maya anunció que los tres animales elegidos por Itzamná cumplirán una importante misión en su tierra. Los mayas aún recuerdan las palabras que una vez dijo:
—Mientras las ceibas estén en pie y las cavernas de El Mayab sigan abiertas, habrá esperanza. Llegará el día en que recobraremos nuestra tierra, entonces los mayas deberán reunirse y combatir. Sabrán que la fecha ha llegado cuando reciban tres señales. La primera será del faisán, quien volará sobre los árboles más altos y su sombra podrá verse en todo El Mayab. La segunda señal la traerá el venado, pues atravesará esta tierra de un solo salto. La tercera mensajera será la serpiente de cascabel, que producirá música de nuevo y ésta se oirá por todas partes. Con estas tres señales, los animales avisarán a los mayas que es tiempo de recuperar la tierra que les quitaron.
Ése fue el anuncio del adivino, pero el día aún no llega. Mientras tanto, los tres animales se preparan para estar listos. Así, el faisán alisa sus alas, el venado afila sus pezuñas y la serpiente frota sus cascabeles. Sólo esperan el momento de ser los mensajeros que reúnan a los mayas para recobrar El Mayab.
domingo, 16 de enero de 2011
Estados de ánimo
Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.
Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.
A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.
Nostalgia.
De qué se nutre la nostalgia?
Uno evoca dulzuras
cielos atormentados
tormentas celestiales
escándalos sin ruido
paciencias estiradas
árboles en el viento
oprobios prescindibles
bellezas del mercado
cánticos y alborotos
lloviznas como pena
escopetas de sueño
perdones bien ganados
pero con esos mínimos
no se arma la nostalgia
son meros simulacros
la válida la única
nostalgia es de tu piel.
La impresion de lo sublime.
Quien experimentará la impresión de lo sublime en su grado más elevado será, en todo caso, aquél que se encuentre a la orilla del mar cuando se desencadene una gran tormenta o tempestad: ve entonces a gran escala la lucha de las fuerzas naturales; ve las olas alcanzar la altura de grandes edificios y luego hundirse; la resaca choca violentamente contra los abruptos acantilados de la orilla, mientras la espuma salpica el aire; a ello hay que añadir el bramido de la tormenta, el rugido del mar, el brillo de los relampagos en medio de las oscuras nubes y el rumor de los truenos, que sobrevuela el mar y la tormenta. Entonces el espectador, que se encuentra presenciando la escena a buen recaudo, experimenta con toda plenitud la impresión de lo sublime, alcanzando la duplicidad de su conciencia una gran claridad; esto es: se siente al mismo tiempo como un individuo, como un fenómeno perecedero de la voluntad, que estas fuerzas pueden aniquilar con el más ínfimo golpe, inerme frente a la poderosa naturaleza, dependiente y entregado al azar; una nada que puede desaparecer en cualquier momento ante tales gigantescos poderes; y, al mismo tiempo, se ve a sí mismo como el tranquilo sujeto del conocimiento, que, considerado como la condición de todo objeto posible, sostiene la totalidad de este mundo, de manera que ante la terrible lucha de la naturaleza, el permanece libre y ajeno a todo querer y necesidad, captando serenamente las ideas. Es aquí cuando se alcanza plenamente la impresión de lo sublime, que, cuando nos hallamos a la vista de un poder infinitamente superior que amenaza al individuo con la aniquilación, se manifiesta como lo " sublime dinámico"
sábado, 15 de enero de 2011
La linea recta es, en efecto, la linea de la estabilidad; esto nos lo dicen el sentido del tacto y el de la vista. Cada parte descansa en la otra, depende de la otra, sostiene y es sostenida. Por tanto, alli donde la naturaleza ha necesitado estabilidad, tanto verticalidad como horizontalidad, ha elegido esta linea. Asi crece el árbol en el tronco y reposa en sí mismo rejuvenecido: tal es el modelo de la solidez y de la bella columna. Asimismo yacen nivelados la piedra y la tierra, y hasta el mar, cuando es necesaria su base. Y asi ocurre tambien con el cuerpo humano, cuando necesita base, en la planta del pie, muslo, cuello, brazos y manos. Nada presenta peor aspecto que un árbol inclinado o una columna torcida: incluso la mano de un ciego querrá enderezarla, pues ha caído y puede romperse.
Así también un cuello torcido, unas espaldas torcidas, unas piernas torcidas son lo que más obstaculiza la impresion de una " postura estable" y de " simple sublimidad" en la figura humana. La nariz, que es la parte principal del rostro, la que precede y da forma a la cara en su conjunto, es una linea recta; por eso su torcedura produce una impresión ridicula, hasta el punto de que resulta casi imposible hablar de un rostro de nariz torcida.
Ordenar los pensamientos.
Como se ordena un cajón o un armario, hacer una selección de los pensamientos: eliminar los viejos o los malos que impiden que florezcan los nuevos, reducir mentalmente los que ocupan demasiado lugar, expresar los que están reprimidos... " Vaciarse Mentalmente", en el buen sentido de la palabra. Dejar lugar, cambiar la piel y observar cómo nos sentimos mejor.
viernes, 14 de enero de 2011
Las Visiones Sexuales.
En este momento puedes ver visiones de parejas juntas
Tú estás convencido que a tu alrededor ocurre una orgía
Deseo y expectación se apodera de ti que la acción sexual te espera
Cuando estas visiones ocurran
Recuerda, retente a ti mismo de acción o de apego
Humildemente ejercita tu fe
Flota en la corriente
Confía fervientemente en el proceso
Meditación y confianza en la unidad de la vida son las llaves
Si tratas de entrar en tu vieja personalidad por que eres atraído o rechazado
Si quieres unirte a la orgía que estás alucinando
Renacerás a un nivel animal
Experimentarás deseo posesivo y celos
Sufrirás estupidez y miseria
Si deseas evitar esas miserias
Escucha y reconoce
Rechaza los sentimientos de repulsión o atracción
Recuerda que el descendente esfuerzo contrario a la iluminación es fuerte en ti
Medita sobre la unidad con tus compañeros de viaje
Abandona los celos
Ni atracción ni repulsión por tus alucinaciones sexuales
No vagarás en la miseria largo tiempo
Repítete estas palabras a ti mismo
Y medita sobre ello
Escultura.
La escultura no puede vestir los cuerpos, pues de hacerlo, obviamente, el cuerpo quedaria oculto bajo el vestido, de modo que ya no seria cuerpo humano, sino un bloque de piedra revestido. No puede representar la vestimenta como tal, pues ésta no es algo sólido, pleno, provisto de volumen. Es sólo la cubierta de nuestro cuerpo debida a la necesidad, algo así como una nube que nos envuelve, una sombra, un velo. Cuanto más opresivo es el vestido en la realidad, privando al cuerpo de su estructura, su figura, su movimiento y su fuerza, tanto más lo sentimos como un lastre extraño e inesencial. Ahora bien, un vestido de piedr, bronce o madera resulta, en efecto, extraordinariamente orpesivo. Ya no es ni siquiera una sombra o un velo, ni un vestido: es una roca llena de protuberancias y cavidades, una suerte de grumo colgante. Basta con cerrar los ojos y tocarlo para sentir su absurdidad.
El Mar.
Necesito del mar porque me enseña:
no sé si aprendo música o conciencia:
no sé si es ola sola o ser profundo
o sólo ronca voz o deslumbrante
suposición de peces y navios.
El hecho es que hasta cuando estoy dormido
de algún modo magnético circulo
en la universidad del oleaje.
No son sólo las conchas trituradas
como si algún planeta tembloroso
participara paulatina muerte,
no, del fragmento reconstruyo el día,
de una racha de sal la estalactita
y de una cucharada el dios inmenso.
Lo que antes me enseñó lo guardo! Es aire,
incesante viento, agua y arena.
Parece poco para el hombre joven
que aquí llegó a vivir con sus incendios,
y sin embargo el pulso que subía
y bajaba a su abismo,
el frío del azul que crepitaba,
el desmoronamiento de la estrella,
el tierno desplegarse de la ola
despilfarrando nieve con la espuma,
el poder quieto, allí, determinado
como un trono de piedra en lo profundo,
substituyó el recinto en que crecían
tristeza terca, amontonando olvido,
y cambió bruscamente mi existencia:
di mi adhesión al puro movimiento.
jueves, 13 de enero de 2011
Infancia.
Esos recuerdos con olor de helecho
Son el idilio de la edad primera.
G.G.G.
Con el recuerdo vago de las cosas
que embellecen el tiempo y la distancia,
retornan a las almas cariñosas,
cual bandadas de blancas mariposas,
los plácidos recuerdos de la infancia.
¡Caperucita, Barba Azul, pequeños
liliputienses, Gulliver gigante
que flotáis en las brumas de los sueños,
aquí tended las alas,
que yo con alegría
llamaré para haceros compañía
al ratoncito Pérez y a Urdimalas!
¡Edad feliz! Seguir con vivos ojos
donde la idea brilla,
de la maestra la cansada mano,
sobre los grandes caracteres rojos
de la rota cartilla,
donde el esbozo de un bosquejo vago,
fruto de instantes de infantil despecho,
las separadas letras juntas puso
bajo la sombra de impasible techo.
En alas de la brisa
del luminoso Agosto, blanca, inquieta
a la región de las errantes nubes
hacer que se levante la cometa
en húmeda mañana;
con el vestido nuevo hecho jirones,
en las ramas gomosas del cerezo
el nido sorprender de copetones;
escuchar de la abuela
las sencillas historias peregrinas;
perseguir las errantes golondrinas,
abandonar la escuela
y organizar horrísona batalla
en donde hacen las piedras de metralla
y el ajado pañuelo de bandera;
componer el pesebre
de los silos del monte levantados;
tras el largo paseo bullicioso
traer la grama leve,
los corales, el musgo codiciado,
y en extraños paisajes peregrinos
y perspectivas nunca imaginadas,
hacer de áureas arenas los caminos
y del talco brillante las cascadas.
Los Reyes colocar en la colina
y colgada del techo
la estrella que sus pasos encamina,
y en el portal el Niño-Dios riente
sobre el mullido lecho
de musgo gris y verdecino helecho.
¡Alma blanca, mejillas sonrosadas,
cutis de níveo armiño,
cabellera de oro,
ojos vivos de plácidas miradas,
cuán bello hacéis al inocente niño!...
Infancia, valle ameno,
de calma y de frescura bendecida
donde es süave el rayo
del sol que abrasa el resto de la vida.
¡Cómo es de santa tu inocencia pura,
cómo tus breves dichas transitorias,
cómo es de dulce en horas de amargura
dirigir al pasado la mirada
y evocar tus memorias!
Moderar la importancia de los recuerdos.
Se pueden conservar objetos, fotografías, conmemorar, celebrar.... pero el único lugar que vale para los que ya no existen está en nuestros corazones.
miércoles, 12 de enero de 2011
La leyenda del Sol y la Luna.
Antes de que hubiera día en el mundo, se reunieron los dioses en Teotihuacan.
-¿Quién alumbrará al mundo?- preguntaron.
Un dios arrogante que se llamaba Tecuciztécatl, dijo:
-Yo me encargaré de alumbrar al mundo.
Después los dioses preguntaron:
-¿Y quién más? -Se miraron unos a otros, y ninguno se atrevía a ofrecerse para aquel oficio.
-Sé tú el otro que alumbre -le dijeron a Nanahuatzin, que era un dios feo, humilde y callado. y él obedeció de buena voluntad.
Luego los dos comenzaron a hacer penitencia para llegar puros al sacrificio. Después de cuatro días, los dioses se reunieron alrededor del fuego.
Iban a presenciar el sacrificio de Tecuciztécatl y Nanahuatzin. entonces dijeron:
-¡Ea pues, Tecuciztécatl! ¡Entra tú en el fuego! y Él hizo el intento de echarse, pero le dio miedo y no se atrevió.
Cuatro veces probó, pero no pudo arrojarse
Luego los dioses dijeron:
-¡Ea pues Nanahuatzin! ¡Ahora prueba tú! -Y este dios, cerrando los ojos, se arrojó al fuego.
Cuando Tecuciztécatl vio que Nanahuatzin se había echado al fuego, se avergonzó de su cobardía y también se aventó.
Después los dioses miraron hacia el Este y dijeron:
-Por ahí aparecerá Nanahuatzin Hecho Sol-. Y fue cierto.
Nadie lo podía mirar porque lastimaba los ojos.
Resplandecía y derramaba rayos por dondequiera. Después apareció Tecuciztécatl hecho Luna.
En el mismo orden en que entraron en el fuego, los dioses aparecieron por el cielo hechos Sol y Luna.
Desde entonces hay día y noche en el mundo.
martes, 11 de enero de 2011
Movimientos.
La belleza de los movimientos tiene por objeto los mismos principios que la belleza de los rasgos. En general es conveniente que el cuerpo tenga firmeza y facilidad en sus movimientos, pues está hecho para actuar, y para actuar sin vacilar. Cuando las corvas no están firmes, o cuando los pies no están bien dispuestos, uno se balancea; cuando los músculos están demasiado rígidos, parece que uno se mueve como por un resorte. Los brazos, junto al cuerpo, no tienen libertad de movimiento, y si se abren demasiado, uno se cansa de su peso. Hay pues, en todo proporciones fijas.
Los movimientos más insoportables son aquéllos que denotan afectación, pues la afectación indica unas ganas desmesuradas de destacar y un prurito impertinente de distinción. Es también una señal de poco sentido en el que es afectado, puesto que no sabe comprender que se aleja, precisamente por eso, de su finalidad que es hacerse querer, esos caracteres son naturalmente odiosos, y con razón impresiona un exterior que lo indica sensiblemente
La boda de xdzunuum.
Una mañana llena de sol, la colibrí, o xdzunuúm que es su nombre en lengua maya, estaba parada sobre la rama de una ceiba y lloraba al contemplar su pequeño nido a medio hacer. Y es que a pesar de que llevaba días buscando materiales para construir su casa, sólo había encontrado unas cuantas ramas y hojas que no le alcanzaban. La xdzunuúm quería acabar su nido pronto, pues ahí viviría cuando se casara, pero era muy pobre y cada vez le parecía más difícil terminar su hogar y poder organizar su boda.
La xdzunuúm era tan pequeña que su llanto apenas se escuchaba; la única en oírlo fue la xkokolché, quien voló de rama en rama hasta encontrar a la triste pajarita. Al verla, le preguntó:
—¿Qué te pasa, amiga xdzunuúm?
—¡Ay! Mi pena es muy grande —sollozó más fuerte la xdzunuúm.
—Cuéntamela, tal vez yo pueda ayudarte —dijo la xkokolché.
—¡No! Nadie puede remediar mi dolor —chilló la xdzunuúm.
—Ándale, platícame qué tienes —insistió la xkokolché.
—Bueno —accedió la xdzunuúm—. Fíjate que me quiero casar, pero mi novio y yo somos tan pobres que no tenemos nido ni podemos hacer la fiesta.
—¡Uy! Eso sí que es un problema, porque yo soy pobre también —respondió la xkokolché.
—¿Lo ves? Te lo dije, nadie me puede ayudar —gritó la xdzunuúm.
—No llores, espérate, ahorita se me ocurre algo —aseguró la xkokolché.
Las dos aves pensaron un rato; desesperada, la xdzunuúm ya iba a llorar de nuevo, cuando la xkokolché tuvo una idea:
—Mira, tú y yo solas no vamos a poder con la boda. Tenemos que llamar a otros animales para que nos ayuden.
Apenas acabó de hablar, la xkokolché entonó una canción en maya, que decía así:
U tul chichan chiich, u kat socobel, ma tu patal xun, minaan y nuucul.
De esta forma, la xkokolché contaba que una pajarita se quería casar, pero no tenía recursos para hacerlo. Luego repitió la canción; como su voz era tan dulce, algunos animales y hasta el agua y los árboles se acercaron a escucharla. Cuando ella los vio muy atentos a sus palabras, les pidió ayuda con este canto:
Minaan u xbakal, minaan u nokil, minaan u xanbil, minaan u xacheil, minaan u neeneíl, minaan u chu-cí, minaan u necteíl.
Con esas palabras, la xkokolché les explicaba:
No tiene el collar, no tiene el vestido, no tiene los zapatos, no tiene el peine, no tiene el espejo, no tiene los dulces, no tiene las flores.
Mientras la xkokolché cantaba, la xdzunuúm derramaba gruesos lagrimones. Así, entre las dos lograron que todos los presentes quisieran ayudar. Por un momento, se quedaron callados, luego, se escucharon varias voces:
—Que se haga la boda, yo daré el collar —dijo el ave xomxaníl, dispuesta a prestar el adorno amarillo que tenía en el pecho.
—Que se haga la boda, yo daré el vestido —ofreció la araña y empezó a tejer una tela muy fina para vestir a la novia.
—Que se haga la boda, yo daré los zapatos —aseguró el venado.
—Que se haga la boda, yo daré el peine —prometió la iguana y se quitó algunas púas de las que cubren su lomo.
—Que se haga la boda, yo daré el espejo —afirmó el cenote, pues su agua era tan cristalina que en ella podría contemplarse la novia.
—Que se haga la boda, yo daré los dulces —se comprometió la abeja y se fue a traer la miel de su panal.
Con eso, ya estaba listo lo necesario para la boda. La xdzunuúm lloró de nuevo, pero ahora de alegría. Luego, voló a buscar al novio y le dijo que ya podían casarse. A los pocos días, se celebró una gran boda, y por supuesto, la xkokolché fue la madrina. En la fiesta hubo de todo, porque los invitados llevaron muchos regalos. Desde entonces, la xdzunuúm dejó de lamentar su pobreza, pues supo que contaba con grandes amigos en el mundo maya.
Pajaros.
Un silencio de aire, luz y cielo.
En el silencio transparente
el día reposaba:
la transparencia del espacio
era la transparencia del silencio.
La inmóvil luz del cielo sosegaba
el crecimiento de las yerbas.
Los bichos de la tierra, entre las piedras,
bajo la luz idéntica, eran piedras.
El tiempo en el minuto se saciaba.
En la quietud absorta
se consumaba el mediodía.
Y un pájaro cantó, delgada flecha.
Pecho de plata herido vibró el cielo,
se movieron las hojas,
las yerbas despertaron...
Y sentí que la muerte era una flecha
que no se sabe quién dispara
y en un abrir los ojos nos morimos.
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