miércoles, 26 de enero de 2011

Locura.



Todo hombre tiene siempre ciertos débiles grados de locura. El recuerdo sólo abarca el pasado vivido de forma general, y luego, de miles de escenas vividas, solo quedan algunas que se recuerdan por completo; de ahí viene que la autoconciencia sea en general muy imperfecta y tenga poca claridad; y la disparidad del recuerdo que va y viene por ella con lagunas puede ocasionar que cada ser humano muestre ciertos rasgos casi inapreciables de locura en aspectos muy particulares, ésta se presenta luego de forma mucho más evidente cuando el presente es conocido en ciertos momentos concretos con una claridad desmesurada, porque entonces el pasado permanece aún más envuelto en las sombras, y resulta oscurecido por la claridad del presente.

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